martes, 25 de octubre de 2016

Mi diamante.

Querido amor mío:
No sé muy bien por dónde empezar, miro tu foto, esa que tanto me inspira y un escalofrío recorre mi columna de extremo a extremo... ¿Que tal si empezamos por el principio?
Lo primero es decirte que te quiero, aunque eso no es nada nuevo, ¿no? Si por algo se ha caracterizado nuestra relación siempre es que ha estado llena de sentimientos, buenos, malos y regulares, pero sentimientos porque si yo algo he querido ser en esta vida, ha sido un terremoto de emociones y lo he conseguido, sino que te lo digan a ti.
Se que hemos tenido momentos mejores y peores, que no siempre he estado a la altura de las circunstancias y que más de una vez (y más de mil) he conseguido crispar tus nervios y tu paciencia eterna, pero a la vez te he llenado (y te llenaré) de alegría la vida, te he emocionado en el mejor de los sentidos, he conseguido que bailaras y te partieras de la risa, esa risa que me da la vida.
Hemos compartido las aventuras más geniales, decenas de viajes y paisajes, confesiones y secretos hasta las tantas, risas y lágrimas y las mejores noches de nuestras vidas, y las que están por llegar.
Hemos visto lo mejor y lo peor del otro, pero ahí seguimos, dispuestos a comernos el mundo, o quizás el mundo se nos coma a nosotros, que más da mientras sea contigo.
Mientras tanto seguiré cobijándome bajo de tu brazo cuando veamos una película de miedo o Cuarto Milenio, mientras te pediré sollozando que cambies de canal y seguiré mirándote mientras duermes y oliendo tu pecho a traición mientras me apartas entre risas, tu  puedes reírte de mis torpezas desde las caídas hasta cuando tire media docena de huevos al suelo o se me queme (o caiga, en su defecto) una pizza, también podrás renegarme cuando no te deje dormir o no pare de hablar o cantar
No podemos cambiar quienes somos porque nos enamoramos de lo mejor y de lo peor de nosotros mismos, pero estamos consiguiendo pulirnos como si de un diamante en bruto se tratase, y de eso se trata y no, nunca podré dejar de tener celos porque eres tan sublime que te quiero para mi, para siempre, siempre mío. 
Eres mi diamante, aquello más preciado por lo que daría todo lo que tengo y todo lo que soy.

domingo, 19 de junio de 2016

Cuenta atrás.

Y con la mano puesta en el cristal que nos separaba, veía como se marchaba mi mitad, sí mi mitad se marchaba con el y con la mano apoyada en el cristal pretendía parar el momento y rebobinarlo, concretamente 48 horas atrás en las que nos hacíamos uno en nuestro nido.

Ya no sé cuantas despedidas he pasado, perdí la cuenta hace bastante tiempo y no me quiero imaginar cuantas están por venir, despedidas en las un beso rápido y una mirada dicen más que 5 horas hablando,despedidas tan rápidas que no da tiempo ni a llorar, ya nos hemos ocupado de exprimir el tiempo lo suficiente y las lágrimas empiezan a quedar atrás.

Aún puedo sentir tu olor en mi piel, tu aliento en mi nuca, tu risa divertida como reacción a mis rabietas, también puedo ver cómo frunces el ceño por alguna impertinencia de las mías o como te ruborizas tras un piropo.

Puedo notar el calor de tu cuerpo junto al mio en una cama, que ahora esta vacía, puedo escuchar ese beso inconsciente que me das en medio de la noche cuando me muevo para cambiarme de posición o una pesadilla me inquieta.

Pero lo que más me gusta es ver tu cara de ilusión cuando hablamos de todos los planes que tenemos este verano, de lo fantástico que va a ser este tiempo juntos, de cómo será el reencuentro, de cómo nos organizaremos las tareas del hogar y de mil cosas más.

Me encantaría poder compartir cada noche de tu vida lejos de mi, contigo, desde el mismo momento que saliste por la puerta rumbo a tu destino, me encantaría besarte cada noche y acurrucarme junto a ti, hacerte más llevadera la soledad que te acompaña e iluminarla con risas, música y mucho baile.

Pero mi amor, nos quedan tantos años por delante para disfrutar, tantísimos momentos por compartir, la aventura de nuestras vidas acaba de comenzar, ahora comienza la cuenta atrás para abrir un capítulo fantástico que nos está por venir.


jueves, 9 de junio de 2016

Ave fénix.

A mi media naranja le quiero decir que la amo, por encima de cada adversidad.

A mi compañero de viaje quiero decirle que le estoy esperando, que cuento las horas para volvernos a ver y le pido que no se olvide de mi, que me respete y me cuide en la distancia, que aguante las tormentas que han pasado y las que están por venir, que nunca desfallezca, que se mantenga siempre firme y sea siempre mi hombro en el que llorar y también el pecho en el que resguardarme de todos los monstruos del mundo.

A mi torpe y terca mitad, quiero pedirle que no deje de iluminarme el camino, que no abandone la cochina costumbre de sacarme de quicio, de dejarlo todo para última hora, a mi ciber novio, mi novio telefónico,  que nunca deje de reírse al otro lado del teléfono. A mi novio presencial, que no deje de besarme en cada reencuentro como lo hace, que tampoco deje de sonreír de lado mientras me mira de reojo ni que nunca permita que sus ojos dejen de reír cuando su boca lucha para no hacerlo.

Al que comparte conmigo toda la mala suerte del mundo, mi astro aliado encargado que convertir las adversidades en obstáculos superados por los dos, el que convierte las conversaciones de las madrugadas de verano en un diálogo filosófico, el que se ha encargado de que no seamos una pareja, sino un equipo, que no seamos dos, sino uno.

A mi eterno hombre paciente que me quiso cuando ni yo misma lo hice,  que me entendió y me aguantó cuando yo no lo hacia, al que sigue espantando mis demonios y ha sabido ver en mi la esencia que pocos pudieron ver, en ocasiones, ni yo la veía.

Cuando necesité encontrarme a mi misma, ahí estuvo, cuando le pedí tiempo para adaptarme, me lo dio, cuando le pedí compresión y amor, me lo otorgó, cuando le dije que nunca se separara de mi y nunca dejara de amarme, no lo hizo.

A veces, necesitamos tiempo para encontrarnos, desconectarnos del mundo (aunque sea por unos minutos) para poder pensar, necesitamos hacer un alto en nuestras vidas para recuperar fuerzas y poder continuar, pero si algo me han enseñado estos meses, especialmente, estas semanas es que lo que no te mata te hace más fuerte, que toda el agua finalmente, vuelve a su cauce y que, una vez más, no hay nada que el amor no supere.

jueves, 12 de mayo de 2016

Sé que me ama.

No está siendo nada fácil, y con esta afirmación os resumo los 18 días que estoy sin él (y los que están por venir) y ahora que hago el recuento (nunca antes lo había hecho) me parezco la persona más ridícula del mundo puesto que, al fin y al cabo, solo han pasado un par de semanas y algunos días pero nunca imaginé que el tiempo podía pasar tan tan tan despacio...

Y aquí estoy, sentada frente al ordenador sin saber muy bien que escribir, pero con la necesidad de hacerlo, cumpliendo con la rutina de cada día a ver si las horas pasan más deprisa, pero no lo hacen, haciéndome preguntas para las que no tengo respuesta, haciendo preguntas cuyas respuestas no siempre me gustan y respondiendo preguntas que cada vez me molestan más: "¿Qué?¿Cuando os vais a ver?" o "¿No te dijo que vendría cada dos semanas?" en las que se cuestionan su amor por ti.

¡Que sabrán aquellos que afirman lo que no conocen! Solo por todas las dudas e inseguridades que soporta, sé que me ama, por seguir ahí al pie del cañón cada día, se que me ama, por dedicarme dos minutos de su tiempo (que es oro) sé que me ama... Y aunque acabe por colgarme sin más respuestas que darme, sé que me ama.

Lo sé, porque yo también lo amo a él, y aunque me faltan las fuerzas, ahí estoy, muerta de miedo, pero en parte llena de ilusión por un verano fantástico que esta por venir, pero aún así, no puedo dejar de sentirme mal porque la mente (y la falta de sus besos) juegan muy malas pasadas, llega un momento dónde parece que solo me quedan reproches, que ya no tengo más palabras de apoyo que darle, que las conversaciones de dos horas, se llenan de cuestiones de trabajo y se dejan los "te quieros"para más tarde, pero es que, ya estamos cansados de decirnóslo por teléfono, nos necesitamos frente a frente, aunque los astros se empeñen en no dejar que nos veamos pronto.

Ese momento en el que todas las cuestiones negativas se abren paso con la fuerza de un tsunami frente a las cosas positivas, y todas esas cosas bonitas que se han dicho, llenas de ilusión y de un futuro próspero quedan apagadas, ¿soy la única a la que le ocurre esto?.

No, sé que vosotras bien conocéis esta situación, al igual que tampoco soy la única que se refugia en su cama mientras se abraza a sí misma para darse consuelo y se repite: "Todo saldrá bien, es cuestión de tiempo, el agua volverá a su cauce, es cuestión de acostumbrarse".

Echo de menos a mi hombre, echo de menos pasar la mano por su cara afeitada y mirar sus pequeños ojos, echo de menos decirle: "te amo" a la cara, besarlo, posar mi nariz en su cuello, e incluso discutir con el frente a frente para después dar paso a una reconciliación increíble.

Echo de más (si es que existe ese término) el teléfono, las discusiones inevitables, en ocasiones, por la distancia, las malas pasadas de la mente, los dedos justicieros de la gente, dormir sola, las malas noticias, ser tan exigente conmigo misma y con los demás, todo eso me sobra.

Pero sé que me ama, lo sé porque aunque no pueda verlo, sé lo que pasa por su mente al igual que sé que se muere por verme, hoy solo podemos tachar días en el calendario, y hacer esto lo más fácil posible, mientras tanto...  Te sigo esperando.

viernes, 6 de mayo de 2016

Segundas valoraciones: Nosotras mismas, en ocasiones, nuestras peores enemigas.

Iba andando inmersa en mis pensamientos cuando de repente me choque de bruces con una amiga, ex amiga o yo que sé qué, de toda la vida, no sé si bien por la sorpresa de vernos o por lo incomodo del momento, nos saludamos rápidamente sin apenas mirarnos y continué con mi camino. Pensaréis por qué os cuento esto, pues bien, tiene su explicación.

Irremediablemente sentí una mezcla de vergüenza e incomodidad. Por cuestiones de la vida, de los estudios,  los cambios que sufrimos a lo largo del camino, se dejan amistades atrás, las cuales en ocasiones parece que o ellas se estancan, o es que yo vivo a otro ritmo, no sé. La cuestión es que hacía varios años que no hablábamos, lo cierto es que tampoco eramos muy amigas pero si nos conocíamos bastante puesto que eramos compañeras de clase, ella paseaba con su novio de toda la vida, mientras yo lo hacia sola y con prisa, como empieza a ser costumbre en mi

Realmente nunca me importó demasiado ir sola por el mundo, "mejor sola que mal acompañada" dicen por ahí y estoy muy de acuerdo, tampoco nunca me importó demasiado lo que pensara la gente pero de unos días a esta parte parece que esta es parte de mi estado de animo.

Estas dos semanas de distancia están siendo muy difíciles, nos hemos distanciado en la distancia y parece que ahora, empiezan a mejorar las cosas. Son etapas, inevitables no sufrirlas, ¿quién dijo que iba a ser fácil? Pero tantas veces que dije que el amor todo lo podía, estos días lo llegué a dudar, incluso llegué a arrepentirme de haberme embarcado en esta aventura y ahora, que empiezo a ver la luz al final del túnel (aunque suene muy dramático jajaja) me doy cuenta de que todas estas cosas venían dadas por el miedo de perderlo, sin darme cuenta que con mi actitud lo estaba perdiendo.

Mi hombre es el eterno paciente, que ha sabido (mejor que yo) afrontar estas dos semanas tan duras y mi carácter tan difícil, hoy solo puedo agradecerle (una vez más y desde aquí) haber tenido y tener tanta paciencia conmigo.

Hoy puedo decir que las malas épocas vienen y van, que el amor SI que lo puede todo, que lo que no te mata te hace más fuerte, que las discusiones se deben de evitar a toda costa, que estas cosas fortalecen la pareja y que aunque nos sintamos solas e incluso andemos solas por la calle , no lo estamos.


miércoles, 27 de abril de 2016

Primeras valoraciones: La teoría de la alineación de los astros.

El pasado domingo mi chico por fin emprendió la aventura de su vida... De nuestras vidas, pasó a ocupar el que será su hogar... Nuestro hogar y por fin hoy me atrevo a hacer algunas valoraciones.

Como si de un hechizo se tratase, el mismo domingo que el viajaba a su nuevo destino yo me levanté con fiebre de mi amada siesta, por lo que, el comienzo (al menos para mi) no fue especialmente bueno.

El primer día estuvo lleno de ilusión y de expectación, también había alguna que otra preocupación (pero esta vez no por mi parte) y alguna pregunta a la que nunca sé contestar bien y que salgo del paso como puedo. Y al fin la mejor noticia, el día había sido genial. Y como el lunes, el martes, pero continuando la adaptación al nuevo oficio.

La clave ha sido el día de hoy. El título no es casual, las primeras valoraciones ya están hechas (aunque aún no han acabado) pero, ¿Y la teoría de la alineación de los astros? ¿Existe? Pues si señoras y señores, existe, yo la inventé (o quizás no) y mi héroe la corroboró entre risas. La teoría de la alineación de los astros es una teoría muy sencilla que a continuación explicaré y que se resume en a penas tres líneas.

  • La teoría de la alineación de los astros: Esta teoría consiste en que cuando parece que todo va a salir bien y más ganas se tiene de que ocurra algo positivo, de repente la situación se cambia a negativo y todo lo que tenía que ocurrir no ocurre y lo que tenía que salir bien, sale mal.
Y no, no es la ley de Murphy ("Si algo tiene que salir mal, saldrá mal") pero ambas están conectadas.

Con esto vengo a decir que lejos de ser hoy un día idílico como los anteriores, al menos para mi ha sido un desastre. Y voy a hacer una lista con las cosas que tendrían que haber ido bien y han salido mal.
  1.  Tendría que haber hablado con mi novio a medio día como es lo habitual y hablé, pero para decirme que tenía la pantalla del teléfono partida y el móvil no reaccionada por lo que ya tendría noticias de el en un futuro incierto.
  2. Cuando me disponía a ir a trabajar feliz, después de varias semanas sin ir puesto que no requerían de mi ayuda, se han decidido a despedirme y obsequiarme con una colonia como premio de consolación.
  3. Hablando felizmente con algunas amigas, ha salido el tema de la distancia y me han hablado de lo sumamente dificilísimo que es llevar una relación a distancia.
Y podría seguir, pero no me apetece. Menos mal que continuo riéndome de mi misma. Siempre me quedará el humor.

Pero no creáis que me olvido de valorar el fin de semana. El acto, aunque sencillo y corto, fue emocionante, por fin los 79 infantes de marina se graduaban después de muchísimo esfuerzo, sudor, lágrimas y alguna que otra risa y sonrisa.

Mi hombre lo hizo aún más especial con una pedida de matrimonio el día anterior para que su anillo, me acompañase un día tan especial como aquel. 
Los días antes de la despedida, demasiado cortos y muy divertidos, llenos de caricias, besos, promesas, cenas románticas, cine y planes y la despedida... Pues como todas las despedidas, tristes, pero repletas de ilusión, metas y mucho amor.

Te sigo esperando, ahora, mañana y siempre.

domingo, 17 de abril de 2016

Miedo, sentimiento de culpa y otras tonterías.

Aún tengo las palabras de mi suegra resonando en mi cabeza: "Aprovechad ahora que podéis","Ya no os vais a ver tan a menudo como antes", "No vas a poder venir todos los fines de semana" y un laaaaaargo etcétera. Por si no lo recordaba, ahí esta ella y con cada recordatorio, un retortijón en mi barriga que me recuerda bajar al planeta Tierra cuando estoy junto a él.

Es cierto... Quizás estoy siendo algo dura con ella, pero alguien tenía que pagarlo, aunque fuera en el blog, ¿no? Pues no, la verdad, pero esta es la manera más cobarde que tengo de combatir el sentimiento de culpa y miedo que me está invadiendo en este mismo momento.

Miedo porque cada vez se acerca más el momento en el que nos tengamos que alejar aún más kilómetros, en los que vayan a pasar más días sin vernos y la verdad, me da pánico como pueda llegar a llevarlo... Pero lo llevaré lo mejor que pueda, porque "lo que no te mata te hace más fuerte" (o eso dicen), pero si se me hacen eternos cinco días sin verlo, ¿cómo de largo se me hará un mes?.

Sentimiento de culpa porque en esta aventura, lo acompañaré en la distancia (al menos, de momento). No voy a tener la enorme suerte de compartir este sueño codo con codo con él porque la obligación también me reclama a mi. Y no sé si será porque he escuchado demasiadas opiniones al respecto o porque en este mismo momento, no me encuentro con mucho ánimo pero me siento enormemente egoísta al quedarme aquí, en mi ciudad, continuando con mi vida. Si, lo sé, es una tontería esto que acabo de decir, pero conozco tantos casos contrarios al mio que parece que lo correcto sea abandonar todos mis sueños por ir detrás de mi hombre para cumplir los suyos.

No juzgo a aquellas que lo dejaron absolutamente todo por ellos, creo que en mayor o menor grado, todas acabamos abandonando algo, pero no quiero que me juzguen a mi por querer continuar con mis sueños, mientras mi héroe, en la distancia, continua con los suyos. No creo que lo ame menos, de hecho quizás lo amo aún más de lo que mucha gente, al leer estas líneas, pueda imaginar, puesto que quiero realizarme como persona, para después realizarme en la pareja, así como el está haciendo.

Y con esto no estoy escribiendo un texto justificando mis actos puesto que no es necesario, simplemente es una exposición de los hechos de por qué no he de sentirme culpable.

Lo peor de todo es que estos pensamientos siempre surgen en su ausencia y trato, desacertadamente, de solucionarlos por teléfono. Y sí, sé que no es la mejor opción pero no encuentro otra manera ya que, cuando estamos juntos, olvido toda esta clase de pensamientos.
Me quedo fijamente mirándolo, intentando recordar todo aquello que quería decirle pero, cuando me devuelve la mirada, acaban por borrarse del todo, para más tarde, cuando de nuevo se va, reaparecer en mi mente como puñales que se clavan.


jueves, 14 de abril de 2016

Hoy.

Algo me daba en la nariz, mientras dormía, y era que al despertar tendría un mensaje tuyo y así fue y eso que es algo extraño en ti pero es que hoy... Hoy no es un día cualquiera.

Hoy hace un año que te atreviste a besarme por primera vez, hoy empezó todo. Jamás pensé que mi vida cambiaría tanto y tan rápido. El principio no fue fácil, pero, ¿qué principio lo es? Con paciencia y amor supimos llevarlo adelante y es que quizás no llegaste en mi mejor momento, pero si cuando más lo necesitaba y hoy... Hoy solo puedo darte las gracias.

Las gracias a ti o a Dios, porque de la manera más tonta, te puso en mi camino. Y así ha pasado un año, con sus altos y sus bajos pero sin separarte de mi y tampoco permitiste que yo me separase de ti, aunque me empeñara en hacerlo y hoy... Hoy te tengo que dar las gracias.

Te doy las gracias por haber mantenido la calma en los peores momentos en los que yo no encontraba una manera mejor de explicarme que gritando, por haberme convertido en mejor persona y haber iluminado mi vida con tus ojos y tu sonrisa y haberte quedado en un corazón dónde no había sitio para el amor ni la esperanza. Tu me has enseñado a amar y me has amado, como nunca nadie lo hizo y lo sigues haciendo. Sigues demostrándome cómo de grande es tu amor por mi, y todo lo que serías capaz por mi y por eso hoy... Hoy te debo de dar las gracias.

Gracias por haberme regalado tantas sonrisas tímidas y por haberte ruborizado con mi mirada, y sobre todo, por seguir haciéndolo. Por haberme conquistado tan poco a poco pero haberlo hecho tan profundamente, y es que, ¡me has vuelto loca!. Gracias por tantas risas a carcajadas, tantísimos momentos inolvidables, las cosquillas, cocinar a las cinco de la tarde, los viajes increíbles, las conversaciones hasta el amanecer, también los besos viendo llover, por eso hoy.... No puedo hacer otra cosa más que darte las gracias.

Hoy estamos separados por el deber pero unidos en la distancia, hoy nos amamos tanto que supera los límites de la cordura y son incontables las ganas que tengo de besarte y de abrazarte. Hoy te doy las gracias por continuar a mi lado.

Por este año y todos los que nos quedan por venir, GRACIAS.

sábado, 9 de abril de 2016

La ausencia MÁS llevadera.

Hoy os traigo algo nuevo que me ha encantado cuando lo he visto y que algunas de vosotras ya conoceréis.

Muchas os enfrentáis a la salida de misión vuestros hombres y con algunas de vosotras, vuestros hijos (y demás familia) pero si para nosotras son duras las despedidas, y más por tantos meses, imaginaros nuestros pequeños, que a veces y dependiendo de su edad, no son capaces de comprender que pasa y por qué papá se va por tanto tiempo.

Esta idea que os traigo, no es mía, sino que me he inspirado en una publicación de Facebook de una compañera llamado "Mujeres de militares españoles" para hablaros de ella y estoy segura de que os va a gustar tanto como a mi.

Parafraseando a esta compañera, la idea consiste en dedicarle al héroe de la casa una pared o un espacio para él y su misión, en ella se puede poner un título con letras coloridas, mapas para situar dónde se encuentra, el rejo con nuestra hora local y la suya, un calendario para la cuenta atrás, collages con fotos de el o de la familia, un espacio para ponerle las cartas que nos apetezca escribirle o los dibujos de nuestros pequeños, frases esperanzadoras y llenas de amor... En fin, lo más importante es que tenga personalidad propia y que pongáis en este proyecto todo vuestro corazón, ¡imaginaros las caras que pondrán cuando vean toda la dedicación que le habéis prestado a su ausencia!

Para que la cuenta atrás sea mas llevadera también podemos jugar con los típicos soldaditos de plástico como los que cobran vida en Toy Story. Se trata de tener dos botes preparados, uno lleno de soldaditos, que cada uno de ellos representarán los días en los que vuestros amores van a estar fuera y cada día que pase, llenaremos el otro bote (que en un principio estará vacío) con un soldadito. Cuando ya haya pasado cierto tiempo, veréis como os anima pensar que cada vez queda menos e ¡imaginar la sensación de llenar el bote con el último soldadito! Tiene que ser genial.

Me parece muy interesante hablar de los resultados positivos que puede tener esto, no es simplemente un homenaje al padre (o madre) de familia, aunque también, sino que es un proyecto que se llevará a cabo con los peques (y no tan peques de la casa), os voy a enumerar y comentar algunos de los efectos beneficiosos que tienen proyectos como este:
  1. Refuerza las relaciones padres e hijos. El llevar a cabo un proyecto como este, por sencillo que parezca, ayuda a mejorar las relaciones entre los miembros de la familia ya que esto necesita de la atención y colaboración de todos y ayuda estrechar los lazos entre los distintos miembros de la familia.
  2. Fomenta la creatividad y la responsabilidad. Es muy importante dejar que los pequeños sean los que más participen y se tengan en cuenta sus ideas, además de que el resultado de estas sea reconocido, así ayudamos a que su imaginación se desarrolle y que, implicándose en este proyecto, se comprometan a ser responsables de el.
  3. La ausencia temporal de un miembro de la familia dejará de ser un "infierno" para convertirse en algo "divertido". Desde el momento en el que se les proponga esta idea y se les explique, estoy segurísima que los peques estarán encantados de participar, implicarse y ayudar realizando manualidades para papá ¡será un juego!.
  4. Es beneficioso para los mayores de la casa. Tanto para el que está fuera, cómo para el que se queda será agradable ver cómo todos están poniendo "su granito de arena" para que este mural quede bonito y divertido y ver como los niños se realizan y están felices de hacer esto para que os sintáis bien orgullosos de ellos.
  5. Ayudaremos a los más pequeños a entender las ausencias y a fomentar la importancia de los miembros de las FF.AA así como su respeto por ellos y las FF.AA en general. Conforme vayan creciendo irán entendiendo las cosas, pero cuando son pequeños es muy difícil explicar algunos hechos, que en muchas ocasiones a nosotros nos superan. No hay mejor manera de que los peques tengan la idea y entiendas, de que si su papá o su mamá ha salido de misión es para conseguir un mundo mejor para ellos y para otros niños del mundo.
Estos son algunos de los muchos beneficios que encuentro a este proyecto, desde la mejora de los lazos familiares hasta destacar la importancia del trabajo de las FF.AA.

Todo lo escrito aquí son opiniones personales que vienen recogidas después de la visión de distintas ideas que pertenecen a varias compañeras de camino. Gracias por vuestra colaboración, directa o indirectamente.


Fotos: www.facebook.com/mujeresdemilitaresespanoles






miércoles, 6 de abril de 2016

Los cinco sentidos.

Tengo ganas de olerte. No se me ocurre nada mejor ni se me borra esa estúpida manía de pegar mi nariz a tu pecho o a tu espalda, o quizás a tu cuello y respirar fuerte para que tu olor se quede grabado en mi cerebro. Me apetece abrazarte desde atrás y besar el precioso hueco que tienes en la espalda, entre los omoplatos y de nuevo apoyar mi frente en ella, aunque gruñas porque te despierte de tu sueño. Me encanta cuando doblo tu ropa y la abrazo contra mi e impregno mi ropa de tu olor, como se impregna mi piel cuando me abrazas.

Tengo ganas de mirarte. Que pasees por casa mientras te observo desde el sofá y me hagas una mueca de las tuyas que tanto me divierten. Mirarte cuando  cocinas e intentar ayudarte (aunque te entorpezca más que otra cosa) y empiezo a cortar una cebolla mientras me observas, ahora me miras tu a mi, y me avisas de que voy a rebanarme un dedo y empiezas a hacerlo tu, mientras me aparto y sigo observándote. Estás fumando, como siempre, y aunque no me guste el tabaco, debo confesar que te ves super atractivo cuando lo haces. Me apetece observarte mientras conduces, es otra de las cosas que te favorece y, ¿por qué no? Echarte un piropo porque me encanta lo que veo. También me apetece verte dormir, cuando roncas con la boca abierta, sé que no es la tipica visión idealizada, pero esta es el amor de verdad.

Tengo ganas de saborearte. Bien besándote o comiéndote directamente. Morderte, chuparte, besarte mentras nos reímos en la cama, en el sofá o en el coche. Reencontrarnos y fundirnos con un beso intenso, respirarnos y mirarnos a los ojos. Morderte, porque no encuentro una manera mejor de descargar todo mi amor por ti o llenarte de besos y lametazos como si de una troglodita se tratase.

Tengo ganas de escucharte. De que me cuentes todas tus aventuras y que pongas distintos tonos de voz para recrarmelas. De que me llames y me digas: "Hola, cariño". Que me hables de tu trabajo como si estuvieras hablando con un compañero y pretendas que conozca todas las siglas de las que me hablas. De que me susurres al oido cuanto me amas y las ganas que tenias de besarme.

Tengo ganas de tocarte. De sentir el calor de tu piel y de fundirme con ella. Pasar mi mano por tu barba, menos poblada que hace algunos meses, y tu pelo rasurado al uno que me rasca las palmas de las manos. Quiero apoyar mi mano en la tuya cuando vayas a hacer un cambio de marcha y cuando ya lo hayas hecho cogerte de la mano para notar la dureza de tus palmas y la suavidad de tus dedos.

En fin, mi amor, tengo ganas de sentirte con mis cinco sentidos.

martes, 29 de marzo de 2016

Te necesito aquí.

Lo miraba afeitarse desde atrás, apoyada en la puerta. No quería perderme ni un segundo de su vida conmigo y si parecía una desequilibrada, me daba igual, en parte estoy un poco loca, pero me encanta y a él también. 

En ocasiones me decía: "Eres bipolar" y explotábamos a reír, bendita dulce locura que nos divierte y nos hace llorar a la vez.

Lo amo, tanto que me dan ganas de gritarlo en medio del supermercado, lo amenazo entre risas con hacerlo: "Mira que te dejo en vergüenza eh" y nos echamos a reír mientras se esconde en la sección de congelados.

Es tan increíble y tan insólita la sensación de tenerlo cerca que no puedo dejar de mirarlo mientras conduce y lo miro fijamente, mientras sonrío, vuelvo a parecer una demente pero sigue sin importarme, será porque lo estoy: "Eres precioso, sin duda lo mejor que he hecho en lo que llevó de vida" y lo hago sonrojarse. Me encanta cuando se sonroja.

"Maldito ejército" le digo a la nada mientras lloro de manera desconsolada, en el fondo no lo pienso así pero estoy muerta de miedo. Su trabajo me hace tenerlo lejos, me lo arrebata en fechas especiales, no me deja besarlo y mirarlo mientras le acaricio su pelo rapado al uno y le digo: "Pareces un hippy" y de nuevo, volvemos a reír.

Lo admito, soy una cobarde en el fondo, me aterran los 615 km que nos van a separar ahora, nada en comparación con los 271 km que lo hacían antes.

"Si lo pudimos superar una vez, ¿qué nos va a impedir hacerlo una segunda?" Me dice mientras acaricia mi pelo y hundo mi nariz en su cuello, le contesto: "Los 300 km de más". Reacciona chistando, bien porque le hace gracia el comentario o porque es la hora de la siesta: "No hay nada que no podamos superar, eres la mujer de mi vida. Ahora duérmete que cuando te despiertes lo veras diferente" 

Y así fue, lo vi diferente, aunque ahora que estoy sola lo veo igual o incluso peor ya que no tengo su pecho para resguardarme de mis miedos.

Será que me volverá a tocar dormir para que mañana pueda ver las cosas de diferente manera. 

martes, 15 de marzo de 2016

"Cariño, te prefería barrendero"

¿Cuántas de nosotras habremos dicho esta afirmación? Bueno, si no la hemos dicho estoy segura de que la hemos pensado, yo la he pensado, la he dicho y la verdad es que en muchas ocasiones lo sigo diciendo, así tal cual, o en muchas otra variaciones cómo: "El primer y el último militar, el siguiente me lo busco electricista",  "Cariño, ya podrías haber acabado la carrera, como dice tu madre" o cuando aconsejamos a amigas que conocen a militares: "Uff, yo de ti me lo pensaría, estas a tiempo de salir corriendo, ¡huye ahora que puedes!" Debo de admitir que yo soy la reina del drama y que en verdad no es para tanto (al menos para mi) pero, ¿y lo bien que queda soltar frases así, qué?.

No voy a mentir ni a exagerar, a decir que es duro y que se te escapa la vida en ello (aunque a veces de esa sensación) la cuestión es hacerlo lo más fácil y llevadero posible, echarle un poco de humor y del ingrediente más importante, AMOR, además de muchas ganas y esfuerzo.

A mi hombre y a mi nos unió el ejército, y no porque yo fuera militar, sino porque el era un proyectillo de militar y yo... Pues yo una romántica, de esas enamoradas del mundo militar, orgullosa de nuestros ejércitos y ¿por qué no decirlo? Enamorada del amor militar, de ese que sale en las películas, aunque debo de decir que mi amor militar es mucho mejor que ese.

Hoy mi hombre es un militar de los pies a la cabeza, con fuerza mental y física, sumamente inteligente, entregado y con vocación y amor por su patria y por los que habitamos en ella.
Luchó como un jabato por conseguir su sueño y yo orgullosa, lo apoyé y lo entendí por encima de mis propios sueños, mis convicciones y mis prejuicios, que en ocasiones, tuve que dejar de lado, pero ¿qué es de esas mujer que llevan algo peor que sus novios de repente (o no tan de repente) cambiaran de profesión?.

Conozco muchos casos, que no me voy a parar a enumerar ahora, algunas han resultado relaciones fallidas por esta misma causa, otras son relaciones sanas que han podido superar las dificultades y continúan adelante porque el amor, y no siempre esto, si no la fortaleza de ambos les ha ayudado a continuar.

No juzgo a aquellas mujeres que se tiraron atrás y al final rompieron con todo, ¿a cuántas no nos han surgido mil veces (y seguirán surgiendo) el pensamiento de: "¿Y si cortara con todo esto? ¿Realmente merece la pena tanta espera? Dolería al principio pero de amor no se muere". Negar o evitar pensamientos como este ni es bueno ni tiene que ser sano, somos humanas y cómo ello estamos en nuestro derecho, y necesidad, de dudar pero después recapacitamos y cuando se producen los reencuentros nos damos cuenta de que por duro que sea, vale la pena.

Para las que todo esto les vino de repente, es si cabe más duro que para las que nos gusta, ¿y qué decir de las que son madres, trabajan, estudian, tienen familiares a cargo o todo a la vez? Cada día me doy más cuenta de que no hay nada que el amor y el esfuerzo no consigan, que con detalles del día a día, sin importar lo cansados que estén ellos o lo que nos duela la cabeza a nosotras , se puede hacer muy feliz a nuestra pareja.

¡Por supuesto que la distancia es dura! E igual me atrevo a hablar demasiado (puesto que mi prueba de fuego viene en abril) pero como antes he dicho, el amor todo lo puede y aunque sea una romántica, es cierto. Si nuestras parejas hacen todo lo posible por vernos, nos valoran y nos reconocen, están pendientes de nosotras, de nuestras preocupaciones, se preocupan por llamarnos, por hacernos sentir guapas, sexys y especiales, y sobre todo, por hacernos felices, ¿Por qué abandonarlo todo? ¿Por que su trabajo le exige tiempo y dedicación?¿Qué trabajo hoy en día no exige eso?
Si nada de estas cosas se da, el problema no es que sea militar, sino que no nos trata como nos merecemos.

Cariño, te prefiero militar.


Nuestro amor perfecto.

Querido soldado mío:

Esta noche hemos estado juntos, hemos pasado la noche juntos mi amor, tu no lo sabes pero esta noche te reuniste conmigo en mis sueños. "¡Lo que faltaba!" pensarás mientras te ríes, pues si, viajé hasta dónde tu estás para sólo besarte.

Esta locura mía, tan dulce y tan sana me hace volar hasta ti, inconscientemente, cuando más lo necesito. Esta noche nos hemos besado, nos hemos abrazado y nos hemos amado, lo más increíble de todo es que siento tu olor, el calor de tu piel y el sabor de tus besos... Cuando intento pensarte a lo largo del día, no tengo ninguna de estas sensaciones y me conformo con los recuerdos que nos quedan pero en mis sueños, no te escapas y me consuelo a mi misma que no hay tanta distancia de un lugar a otro del país, ¡JÁ! ¡Qué ilusa soy!.

Después cuando despierto me doy cuenta de que era solo un sueño, y se me queda un sabor bastante amargo en la boca. Enciendo el teléfono con la esperanza de tener algún mensaje tuyo, pero no es así y aunque nunca es así, sigo sin acostumbrarme y este sabor amargo va a más y cuando parece que voy perdiendo la ilusión, veo la fecha en el calendario... Es día 15 y tan solo quedan dos días para vernos, inevitablemente vuelvo a sentir mariposas en el estómago y solo puedo dar las "gracias" en voz alta y no sé muy bien a quién por hacerme sentir esto.

Más tarde, conforme va pasando el día, se me va haciendo más pesado pasarme los días esperando a que estos pasen para volver a reunirme contigo, y la verdad es que me preocupa y me compadezco de mi misma porque parece que me pase la vida esperando a que esta pase. Pero no, no es así, disfruto de cada día pero no es lo mismo sin ti y puede parecer estúpido pero así lo siento.

Puede que me pase tachando días en el calendario, que mis emociones sean una pura montaña rusa (y me encanta) que el ultimo recurso de mi subconsciente para preservar mi salud mental sea regalarme noches contigo aunque solo sea en mis sueños, pero mi amor, nuestro amor es la envidia de muchas de esas parejas aburridas sumidas en la rutina triste del día a día y pagarían millones por sentir la mitad de lo que sentimos tu y yo en el primer beso de nuestro reencuentro.

Y sí, lo sé, sé que no te gusta la vanidad pero deja que me regocije de lo perfecto de nuestro amor y de lo afortunados que somos, pero no porque la providencia este de nuestro lado (que también) sino porque trabajamos día a día en nuestra relación y la regamos, cuidamos y mimamos como si de una preciosa planta se tratase.

sábado, 12 de marzo de 2016

Sonríe siempre.

Una despedida más que se suman a todas las anteriores de las que ya he perdido la cuenta... Otras maniobras, de esas que se hacen interminables aunque solo sean tres dias.

Otra conversación por teléfono en la que se acumulan los "te quieros", los "te echo de menos" y los agradecimientos, cómo si ayudarte en tu camino fuese un sacrificio para mí.

Cuando te oigo reír y hablarme con tanta ilusión de lo que te espera, es cuando me doy cuenta de que cualquier mal momento es recompensado con tu sonrisa.

Otro día que pasa y que se une a los días tachados en el calendario, mientras nos contamos las ganas que tenemos de vernos y nos prometemos lo fantásticas que serán estas vacaciones, que lo serán.

Otra noche sola, que se acumulan a todas las noches en soledad y a las que están por venir. Otra noche en la que me imagino cómo será nuestro reencuentro, la intensidad de nuestro beso y lo maravilloso que será notar de nuevo el tacto de tu piel. 

jueves, 10 de marzo de 2016

Alto el fuego permanente.

Puede que esta sea una entrada polémica o simplemente sea el reflejo de muchos pensamientos que me estén leyendo en este mismo momento, para mi es simplemente una opinión y en ocasiones, una vivencia.
Puede que hayan situaciones peores, iguales o mejores, esta entrada es simplemente la plasmación algunos casos.

En los pocos meses que llevo navegando en el mundo militar me he dado cuenta de algo que me preocupa y es que entre las mujeres de militares existe la ausencia de las madres de militares.

Conociendo algunos casos de cerca, ciertas opiniones y en ocasiones, la experiencia propia he visto que a veces se establece una competencia innecesaria, un cruce de balas y una lucha por quién quiere más a quién, amor que en ningún caso puede ser comparable puesto que no quiere igual una madre que una esposa, al igual que tampoco se quiere igual a un esposo que a un padre.

De antemano debo decir que la madre de mi militar, mi suegra es una bellísima persona, generosa,  y una madre sumamente entregada,  quizás es ese exceso de entrega y de necesidad de protección (completamente comprensible) lo que afecta a su hijo, a mi y a su trabajo, y es que no sé dónde leí alguna vez que: "El ejército no es un trabajo, sino una forma de vida".

Forma de vida, la cual no sé si por edad o por gustos, es complicado que estas madres consigan adaptarse alguna vez y cuando algunas de nosotras nos "atrevemos" a aconsejarlas tenemos que oír comentarios tan desagradables como: "Cuando seas madre lo entenderas", "Las madres somos así, sufrimos porque si" o "Yo soy su madre" entre muchos otros.

Con esto, vengo a expresar mi malestar porque parece que por el hecho de no ser madres o no ser madres de nuestras parejas, estamos exentas de sufrimiento/padecimiento/amor.
Me parece estúpido el hecho de que se produzcan este tipo de competencia, y  ¿por qué no decirlo? Me parece aún más estúpido que entremos al trapo, pero es cierto que, hay ciertas ocasiones en la que es difícil guardar la compostura porque no sé por qué extraña razón la gente no es consciente de que no somos de piedra (aunque a veces quisiéramos serlo).

Cabe también destacar que alguna, en ocasiones ven con malos ojos que apoyemos y animemos de manera incondicional cualquiera que sea las decisiones que tomen nuestros hombres (aunque no estemos completamente de acuerdo con ellos) o que me divierta con algunas de los culeos que mi pareja cuenta entre risas. Parece que lo correcto sea criticar sus decisiones y darles la espalda.

Y nosotras tenemos que cargar con todo esto:  La ausencia de nuestros hombres, la ausencia de apoyo en algunas ocasiones y el nulo reconocimiento con el que contamos.
Nosotras que dejamos atrás todas nuestra vida por seguir a nuestros héroes, que esperamos pacientes dando apoyo y contestando preguntas, las cuales, ni si quiera sabemos las respuestas y encontrándonos una cama fría al final de la noche.

Atendiendo llamadas (algunas también atienden niños), mensajes y visitas que reclaman atención y apoyo, y ahí estamos siempre fuertes (al menos en apariencia) pero no fabricadas del material de una roca.
Dedicando sonrisas y ánimos por doquier y escondiendo nuestra cara inundada entre lágrimas en la almohada al final del día, hasta que, finalmente encontramos la paz en el pecho de nuestro hombre y cuando sentimos su olor y vemos su sonrisa, nos damos cuenta de que todas estas batallas ganadas o perdidas han valido la pena porque la recompensa siempre es la misma.

Con esto quiero pedir (y espero que ocurra) que se de un alto el fuego permanente, que somos amigas y aliadas y entre nosotras, nuestro mejor apoyo, para los momentos más difíciles que aun están por venir. Nos une el amor (nunca comparable por ser diferente) por el mismo hombre, por eso y por el amor sentimos las unas por las otras, ¿por qué no vamos a mentir? Yo quiero a mi suegra y ella me quiere a mi (y me considero afortunada, porqué sé que en algunos casos no es sí) tenemos que respetar nuestros espacios, apoyarnos, ayudarnos y querernos.

domingo, 6 de marzo de 2016

No te vayas.

No, no te vayas todavía que aún no he podido saciar mi sed de ti, aunque es cierto que ni todos los besos del mundo lo conseguirían. No, no te vayas todavía, que aún no se ha quedado tu olor grabado en mi piel ni en mi cerebro, mis manos no te han tocado lo suficiente como para dejarte marchar, no, no te vayas.

No, mi amor, no te marches, ya sé que ya es domingo a medio día y tenemos que despedirnos, pero aún no te he visto reír lo suficiente ni hemos hablado de todas las tonterías que teníamos pendientes. Es posible que ahora esté siendo un poco frívola pero no quiero oír hablar de otra cosa que no sea nuestro amor.

Ay amor, hubiera vendido mi alma al diablo por poder parar el tiempo anoche, abrazados en nuestro templo, tu y yo. Qué se rompa el mundo en mil pedazos y que no nos molesten pero no mi amor, no te marches, no seas tu quién lo arregle, solo ocúpate de arreglar el daño que causa en mi tu ausencia cada noche, cúbreme de besos y de caricias, pero por favor, no te vayas.

No, no te marches, no se si voy a poder aguantar en pie mucho tiempo más, esta guerrera incansable se derrumba cada vez que te tiene cerca y se hace más fuerte cuando te vas, pero por favor, no te marches. 

No mi héroe, no te vayas, no dejes que me inunde el frío todo mi cuerpo y no dejes que la soledad y las pesadillas me acompañen en las noches, ¡maldita sean! ¡Lucha contra ellas, llévatelas lejos! Pero tu, mi amor, quédate a mi lado siempre.

No, no me des el último beso de la semana, ni me dediques la última sonrisa, no, no me mires así porque creo que en cualquier momento voy a hacerme pequeña para caber en tu petate e ir contigo allá dónde vayas tú, no temas porque eres y seguirás siendo mi máximo orgullo y seguiré admirándote cada día más.

Cada domingo, una parte de mi se va contigo y me la devuelves el viernes, un poco resquebrajada, pero sigue entera y la arreglamos juntos con mucho amor y mimos. Está como mi alma, que parece que se vaya romper en cualquier momento, ella se queda conmigo, pero vive inquieta el momento de volverse unir con la tuya, para que ambas fluyan juntas.

Mi amor, tu que eres capaz de enfrentarte a los miedos más terribles, tu que eres un héroe imparable, mi salvador, capaz de hacer magia con tan solo una mirada, haz que pasen rápido los días y únete pronto de nuevo conmigo, para amarnos de nuevo cómo si no hubiese un mañana, para jugar como niños, para protegernos como hermanos... Para ser nosotros mismos.


jueves, 3 de marzo de 2016

Tú, mi locura.

Voy cargada de ropa limpia para doblar cuando paso por al lado de tu foto, colocada en la estantería, me quedo mirándote fijamente y empiezo a hablar con ella, ¡creo que estoy perdiendo la cabeza! Llevamos varios días sin hablar y empiezo a reprocharte lo duro que es esto, cuánto tiempo paso sola y cuántas son las cosas que tengo que contarte y las ganas de verte y besarte, cojo un calcetín que llevo en la mano para quitarle el polvo al cuadro, le doy un beso y lo vuelvo a dejar en la estantería. Irremediablemente no puedo contener la risa por lo ridícula de la situación y decido reírme a carcajadas, definitivamente, ¡me estoy volviendo loca de atar!.

Será que no oír tu voz, no verte reír y sentir el tacto de tu piel me hace perder la cabeza, casi tanto cómo cuando me acaricias y me besas cómo tu lo haces.  No sé por qué será pero cuando tu no estás me asaltan continuamente las ganas de dormir, será porque te veo en mis sueños.

Odio la horrible sensación de no tenerte en nuestra cama, de no poder abrazarte fuerte contra mi en tus pesadillas y no poder arroparte cuando me despierto tan temprano como siempre. Tampoco soporto el no haber hablado contigo en días, responder preguntas que ni yo misma sé y no poder contarte todas las cosas geniales que me pasan, los pensamientos que tengo al cabo del día y cantarte en voz bajita, cuando pienso que lo hago bien y hacerte reír, ¡cómo tanto me encanta hacer!.

No aguanto saber que no estás durmiendo bien, que estás pasando frío, pero aquí me mantengo, firme y fuerte, como una roca, impasible, aunque el tiempo erosione mi piel, no importa, no me pienso rendir, mientras tanto los recuerdos son mi alimento y sueño con el momento de nuestro reencuentro.

lunes, 29 de febrero de 2016

8 días.

Hoy no me levanté con el pie derecho, será que últimamente atraso la alarma media hora para poder seguir soñando contigo y en el momento que dejo la cama para empezar con la rutina, todo empieza a ser un caos de prisas y cosas que salen mal.

Me maquillo deprisa para darle un poco de luz a mi cara, estreno alguna pieza de ropa (que eso siempre alegra) y me voy a clase, como cada día para empezar, con la alegría que se pueda, la rutina. ¿Por qué será que no sales ni un segundo de mi mente? Ah si, porque ya van ocho día sin verte reír.

Oír tu voz, a cualquier hora del día es una alegría inmensa para mi o cualquier mensaje con una declaración de amor, pero no hay nada que se compare con mirarnos a los ojos, frente a frente durante unos largos minutos, sin hablar... Me encanta ese momento, siempre me encantó desde el primer día que lo hicimos, esa cara que pones como si estuvieras leyendo mis pensamientos y lo consigues y después, nos echamos a reír a carcajadas, porque te he hecho una mueca de esas que tanta gracia te hacen.

Cada noche, aunque sea la más cálida del invierno es una noche helada si no eres tu el que me abriga con tus brazos. Despierto con un dolor de cuello horrible y llego a la conclusión de que la almohada más cómoda es tu pecho, y cuando te doy la espalda, tus brazos. No hay mejor despertar que a tu lado, en nuestro hogar, las pesadillas no existen pero las horas pasan demasiado rápidas, ojalá lo hiciesen así cuando estoy sin ti.

Y los momentos mas divertidos ocurren a tu lado, cuando reímos sin parar, nos miramos, bailamos o me oyes cantar a gritos porque creo que soy Beyoncé en la Super Bowl. Y con cada discusión, una reconciliación inmediata, en la que reconocemos nuestros errores y nos perdonamos con un beso, sin que haga falta nada más que eso.

La distancia, el tiempo y mi mente, en alguna ocasión me juegan malas pasadas y me hacen notarte extraño, distante, menos mal que ahí estás tu para espantar todos esos demonios con un "te quiero" oportuno.

Ahora, solo me queda esperar a que pase esta semana con maniobras incluidas y así me paso los días, pensando en que pasen rápido para que te reúnas conmigo de nuevo y  me beses intensamente, de esa manera que solo tu conoces para que no haga falta más que un beso para unirnos en una sola persona de nuevo.



jueves, 25 de febrero de 2016

La mujer de hierro.

Hace algunos meses  decidí hacerme fuerte, me puse la armadura y salí a la batalla, victoriosa, valiente... ¡Qué equivocada estaba! Será que soy una romántica que vive enamorada del amor cortés que narran los juglares y de las batallas de caballeros medievales.

No me había dado cuenta que la armadura estaba oxidada, era la "Dama de la armadura rovellada*" y que en cada batalla que librara, cada golpe me iba calando más hondo, creía que perdía, en alguna ocasión me di por vencida, pero no me rendí, creí que era el momento de no utilizar armadura, así que decidí convertirme en hierro.

Si, yo misma me hice de hierro y libraba las batallas cuerpo a cuerpo con mis miedos y mis inseguridades, en algún momento parecía que su ausencia y la distancia, me iba a hacer flaquear y parecía que el terror de perderle me iba a vencer, pero no, me volvía a reponer y siempre salía airosa, tenía a mi príncipe esperando a verme vencer y me veía, ¡claro que lo hacía!.

Y después, en nuestros reencuentros, me decía: "Eres muy fuerte, eres una valiente". Claro, que lo mío me cuesta cada día... Nunca me entrené para esto, aunque si pude elegirlo, y no, no me voy a quejar de lo duro que es (aunque parezca que a veces lo haga). Me esfuerzo cada día, lucho contra mis peores enemigos, mis demonios, a veces los gano, otras me ganan ellos a mi, pero solo por momentos. A veces lucho esas batallas sola, otras me acompañan algunas de mis guerreras, pero jamás me rindo.

Intento dar la talla en todos y cada uno de los ámbitos de mi vida y de su vida, me mantengo firme aunque me tiemblen las piernas, doy consejos aunque para mi no tenga, y consuelo a quién lo necesite aunque esté loca porque me consuelen a mi y aunque se me escape alguna lágrima y me tiemble la voz, jamás me rindo.

Muchos me hablaron de lo devastadora que iba a ser la distancia y lo fulminante que era el paso del tiempo, pero nadie me habló la sensación que se tenía cuando las cosas salían bien... Poca gente me dijo que saldría bien. 
Pero salió bien, está saliendo bien y ya van cinco meses, y aunque pueda no parecer mucho tiempo, a mi se me hace eterna cada hora sin él.

Tampoco nadie me habló de lo increíble que es verle dormir ¡y qué decir de un beso cálido de sus labios! Eso tampoco nadie me lo dijo. Cada reencuentro, cada "te amo", cada pensamiento que se me escapa en el que está él y cada sonrisa que me dedica, tan tímida como el primer día, es mi alimento, mi energía que me da las fuerzas para librar cada batalla, más fuerte y más dura que la anterior.

No miento cuando le digo que le amo más que a mi misma, al igual cómo que sería capaz de cualquier cosa por él, él, mi compañero de mil batallas, él que trajo amor y felicidad a mi vida, trajo vida a mi vida.






*Es una novela que leí hace algunos años en lengua catalana cuyo título original es: "El caballer de la armadura rovellada".

domingo, 21 de febrero de 2016

Mi incondicional.

Cuando era pequeña, siempre soñé con un príncipe que me despertase con un beso del sueño más profundo, veinte años después me dí cuenta de que los sueños se hacen realidad, un príncipe me despertó de un sueño profundo con tan solo una mirada.

Desde ese momento, me di cuenta que no quería otros besos que no fueran los suyos, que mi salvador no era un príncipe, sino un héroe... Un héroe que viste de árido, que no lleva zapatos sino botas negras, que se le pegan las sábanas cada mañana y tiene los ojos hinchados por el cansancio del día a día.

Mi héroe me salvó de caer en el vacío más profundo el mismo día que lo conocí, me saca cada tarde del hastío de la rutina con una llamada, me quiso desde el primer momento en el que me conoció y me ama, incondicionalmente, a pesar de mis demonios, que son muchos.

Esos demonios que intento enterrar y que a veces salen, imparables, en forma de ataques de ira o de tristeza y él, mi héroe, mi salvador, los espanta con un abrazo y un beso.
Cuando ni yo misma me quiero, ni me soporto, más me demuestra que el estará siempre a mi lado y me recuerda: "Tú me das las fuerzas", cuando me miro en el espejo y me veo horrible, con los ojos inundados de lágrimas, hinchados de tanto llorar, él me dice: "Estás preciosa" y cuando no encuentro consuelo, me pide con lágrimas en los ojos: "Por favor, no llores más".
Cuando creo que en mi corazón ya no cabe mas ponzoña, me lo recuerda: "Eres la mejor persona que he conocido nunca" y me dice: "Yo estaré siempre a tu lado, en eso consiste el amor, ¿verdad? En apoyarse siempre, en las buenas y en las malas, siempre juntos".

Cuando soñaba con alguien que me amase así nunca creí que pudiera ser posible, ni muchísimo menos que pudiera ser para mi.


Mi mayor recompensa es tenerte a mi lado, así, tal cual eres tú, que me digas que formaremos una familia, que seremos padres y que quieres convertirme en tu mujer, después yo te pregunto: "¿A pesar de todo?" y tu te reafirmas: "A pesar de todo", es cuando me doy cuenta que lo único que me hace feliz es verte feliz, que no me arrepiento ni un solo día de mi vida en haberte conocido, elegirte y decidir que seas mi hombre, para el resto de mis días, mi marido y el padre de mis hijos, que sacrificaría todo por ti, entregaría mi vida entera al diablo por ti a cambio de que fueras feliz siempre, sin condiciones.

, que me has hecho mejor persona, me has enseñado lo que es el amor, me has enseñado a amar, me has amado. Tú, que ningún hombre se compara a ti, te prometo trabajar cada día para mejorar, para hacerte feliz y nunca separarme de ti, superar todos los obstáculos que nos deparará el camino y nunca dejarte ir.

Dios nos hizo para estar juntos, nosotros que creemos que el destino está escrito, sabemos que nacimos para ser el uno para el otro, para hacernos felices y para complementarnos a la perfección, inseparables, siempre juntos.

martes, 16 de febrero de 2016

48 horas.

Mi amor...

Sé que había prometido que no escribiría más entradas tristes, pero no estoy triste, y no, no te miento. Te echo de menos, ya sé que no es nada nuevo, pero llevo dos días sin hablar contigo, sin escuchar tu voz de duendecillo contándome anécdotas del día con la ilusión con la que lo haces y diciéndonos "te quiero" en voz bajita para que nadie nos escuche.

Llevo dos días haciéndome la fuerte, actitud que empieza a ser costumbre en mi desde que te fuiste... No me permito caer ni un segundo, no pierdo la sonrisa ni la fuerza y tampoco me falta el sueño, aunque reconozco que salto de la cama cuando suena la alarma a las 7:00 a.m para ver si me hablaste en la noche y no te escuché, pero no, no lo hiciste.

Lo que peor que llevo es tener que responder a preguntas  cómo: "¿Crees que estará bien?" Y tener que contesta: "Por supuesto que sí" cuándo ni yo misma lo sé, reconozco que la confianza depositada en mi, en ocasiones me viene grande y me siento asustada.

Asustada como una niña de 3 años que está deseando refugiarse en los brazos de su mayor pilar... Estoy deseando refugiarme en tus brazos,  mi vida, sentirme protegida una vez más, cómo cada noche que pasamos juntos, cómo cada tarde en el sofá... Y sé que no estoy sola, de hecho no me siento así, pero no soporto la sensación de no escuchar tu voz.

Mientras tanto tengo que seguir esperando un mensaje que no sé cuándo llegará, levantándome de un salto, asustada por no saber si te veré el fin de semana o te quedarás a descansar y aún así, sin perder la esperanza de que todo este mal trago, al final vale la pena.
Porque los besos de nuestro reencuentro saben mejor que todo el chocolate del mundo.

lunes, 15 de febrero de 2016

Malditos lunes.

Hoy empieza una semana un poco difícil en la que afronto las primeras maniobras de mi chico. Hoy me he levantado echándole mucho de menos, parece que no me acostumbro a despertarme sin él, sin sentir su calor y escuchar sus ronquidos.

Pero a su vez, aunque la preocupación me embarga por el frío y el sueño que va a pasar, estoy muy contenta por él porque está súper ilusionado con esta etapa. Esta es una manera más de poner a prueba sus capacidades y su preparación, además de superarse a sí mismo como siempre hace. Es inevitable no sentirme cada vez más orgullosa de el.

Espero que estos días sin comunicación (o escasa) no se me hagan demasiado duros, intentaré guardarme todas mis aventuras para contártelas cuando te vea aunque reconozco que voy a echar mucho de menos enrollarme al teléfono con mis tonterías y cuando tu me escuchas pacientemente.

Ya ha empezado la cuenta atrás para volver a verte y que me vuelvas a envolver con tus brazos en la cama sin que nada más haga falta.

miércoles, 27 de enero de 2016

La imprescindible.

¡Qué bien me hace sentir ayudar a mi hombre siempre que puedo! Aunque debo de reconocer que a veces, y solo a veces, me pone muy nerviosa y me enfada el hecho de ser la chica de los recaos pero ver la cara de orgullo y satisfacción de mi pareja cada vez que le ayudo a que su vida sea un poquito más fácil... Eso, no tiene precio.

Y es que juntos formamos un equipo formidable, el y yo, yo y el, ¡Y que se acabe el mundo! No necesitamos nada más. ¡Que fantásticas son esas mañanas de cosquillas en la cama! En las que me haces llorar de la risa y te suplico una tregua que no me concedes... Cómo te encanta conseguir que mi risa se alargue por minutos y pierdas las fuerzas, hasta que al final me doy por vencida y me rindo ante las cosquillas que tanto me hacen odiarte y luego amarte locamente.

¿Y los besos que te doy en los ojos y las orejas que tanto te molestan? Me encanta hacerte rabiar y que salga el gruñón que tantas veces me desespera y me encanta. O cuando me empiezo a reír con algún anuncio tonto de la tele o canto todas y cada una de las letras de las canciones que estén sonando y me preguntas: ¿Hay alguna que no te sepas? Pues no, no la hay. Y acompaño esas canciones de coreografías desacompasadas pero, ¿y lo que me gusta bailar, que?.

La verdad, que en las noches frías como esta, en la que no hemos hablado en todo el día por cuestiones de trabajo y por cuestiones de mi salud y mis nervios, te necesito como nunca, me encanta pensar en los momentos tan maravillosos que pasamos juntos y lo útil que soy en tu vida.
Recuerda, mi vida, un día más es un día menos, y con suerte, este próximo viernes estarás volviendo a abrazarme en la noche con tus brazos fuertes.

jueves, 21 de enero de 2016

En situación.

Hace unos meses, concretamente, desde que mi pareja entro en el ejército cree este blog para desaogarme de las cosas que no se pueden decir porque no son políticamente correctas o porque no todo el mundo las puede entender.

Si leéis las anteriores entradas podréis ver que mi actitud era bastante negativa y utilizaba este blog como desahogo. Desde la jura de bandera de mi pareja mi actitud cambió, quizás porque pasamos todas las Navidades conviviendo y nos vino bien ese tiempo junto y relajados.

Ahora que todo ha vuelto a la rutina (aunque nos agobien los quehaceres del día a día) la relacion va  viento en popa y a toda vela y la actitud por parte de ambos en muchísimo más positiva, ¡Qué cierto es que el agua vuelve a su cauce! Y después de varios meses al final la rutina y la costumbre ayudan a asentar las cosas.

Por parte del blog, lejos de posts negativos (que alguno que otro seguro que habrá) escribiré posts de opinión de distintos ámbitos que como mujer de militar me afecten y  me desahogue con situaciones que me parezcan injustas.

Un saludo (si es que hay alguien que me lee).

martes, 19 de enero de 2016

Gracias mi hombre.

Hace algunas semanas una bruja embriagada de verborrea barata se aventuró a decirme que el futuro que me esperaba con mi pareja era muy negativo, de hecho ni si quiera íbamos a llegar a este verano, ademas, añadió que mi hombre estaba casado con su trabajo (lo cual no era mentira) y que ignoraba por completo tanto mi trabajo como mis estudios... ¡Qué atrevida la vieja!

Obviamente todo lo que decía eran tonterías y barbaridades, ni si quiera "adivinó" a que se dedicaba él, pero en serio, si en algo se equivoco de manera evidente es que mi pareja no se preocupaba por mis cosas.

Desde que empecé los exámenes, me ha llamado todos los días para preguntarme que había hecho en el día de hoy, animarme y demostrarme una y mil veces más su confianza en mi. Imagino que como yo hice con el al principio de su instrucción, sentía la necesidad de demostrarme su apoyo y darme sus fuerzas.

No voy a entretenerme mucho más, debo descansar porque mañana tengo oooootro examen, pero una vez más, gritar a los cuatro vientos, cuantísimo amo a mi hombre y lo muy agradecida que le estoy.

miércoles, 13 de enero de 2016

A mi soldado.

A mi amado soldado:

Te escribo, una vez más, para decirte que no me acostumbro a dejarte ir. Cada despedida, lejos de ser más fácil, es si cabe mas dolorosa que la anterior.

Después de casi un mes despertándome a tu lado ahora se me hace complicado no tenerte a mi lado cuando me giro, durmiendo en la misma posición de siempre. Cada vez que tengo una pesadilla no te tengo a mi lado para llamarte y que me abraces o abrazarte directamente para notar tu calor y tu olor que tanto me calma. Ahora tengo tu olor en una camiseta de la Armada que pongo en la almohada cada vez antes de dormir, o que huelo para recordarte más cerca.

Que duro se me hace a veces recordarte que el ejército es lo primero, que esta por encima de todos y también de mi. Pero como siempre te digo, es un sabor agridulce, me duele verte marchar pero me encanta verte así de feliz. Eres mi orgullo.

Espero que también tu estés orgulloso de mi, de mi esfuerzo diario en mis estudios para que pronto podamos hacer nuestra vida juntos como tanto nos gusta hacer en vacaciones. Y como tu dices, no importa el tiempo que la distancia nos separe pues tenemos toda la vida por delante para estar juntos.

Sigue luchando por tus sueños y sigue apoyándome en los míos como haces porque yo lo haré siempre contigo. Tu sueño es uno de mis sueños que tu lo cumples por mi, así que sigue adelante.

Sigo contando los días para volver a verte, aunque sea solo para verte dormir, para besarte y queme beses, para reirnos y discutir y volver a reirnos como solo nosotros sabemos y que me haga tuya y me ames como solo tu sabes.

Te seguiré esperando, una vez más, incondicional.

Te amo.